¿Dónde quedó la educación?

La educación se convierte en un reto para las personas con discapacidad.

 

“Toda persona tiene derecho a la educación”, así reza un fragmento del articulo 26, de la Declaración de los Derechos Humanos. También dice que “…el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos”.

Pero ¿será qué todas las personas tienen acceso a la educación?

Lamentablemente no. En El Salvador, las personas con discapacidad se enfrentan a diferentes situaciones de discriminación o exclusión, negando así, el derecho a la educación lo cual limita el camino hacia una vida profesional e independiente.

Los gobernantes y la sociedad no estamos educados ni preparados en el tema de discapacidad, lo que conlleva a no brindar una educación equitativa en cualquiera de los niveles educativos.

Esto se puede comprobar en cifras brindadas por el Consejo Nacional de Atención Integral a la Persona con Discapacidad (CONAIPD) y el Ministerio de Educación (MINED), donde se muestra que, de 410,798 personas con discapacidad, solo el 11% de la población se encuentra inscrita en centros educativos, siendo el sector de educación superior el presenta el menor número de población estudiantil con algún tipo de discapacidad (402 estudiantes).

La cifra de estudiantes puede que sea considerable, pero a comparación de la cantidad de estudiantes que ingresan cada año, reduce esta cifra a un mínimo porcentaje.

Quienes hemos decidido aspirar a una formación profesional nos hemos topado con diferentes obstáculos, entre ellos la infraestructura de la mayoría de las universidades quienes carecen de espacios accesibles para el libre desplazamiento.

Pero eso no es todo. También, el tema enseñanza influye, puesto que las instituciones de educación superior no cuentan con traductores para las personas con discapacidad auditiva, o material didáctico en método braille para aquellos con discapacidad visual, esto por mencionar solo algunas barreras.

Estas razones hacen que el número se reduzca aun más, porque ante los obstáculos muchos deciden ser parte de la taza de deserción y pocos los que deciden seguir con el reto de culminar sus estudios.

No podemos decir que la condición de la persona es un factor que impide la superación; son las barreras, la actitud, y la desigualdad de oportunidades las que limitan y crean los obstáculos y la verdadera discapacidad.

Como bien lo dije somos una sociedad que aún nos falta educarnos en el tema de discapacidad, y mientras eso no cambie seguiremos olvidando que la educación si es para todos.

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