La parálisis del sueño es considerada como un trastorno del sueño en el que la persona es incapaz de realizar movimientos voluntarios con su cuerpo. Esto significa que, por un breve periodo de tiempo, alguien que experimente este tipo de parálisis pasará por un estado de consciencia entre el sueño y la vigilia y sólo será capaz de ver lo que ocurre a su alrededor.
Aunque puede abrir los ojos, no es capaz de poder hablar ni realizar ningún movimiento con su cuerpo, lo cual le genera una considerable sensación de angustia y de temor debido al impacto del momento que esta pasando.
Además, al encontrarse en un estado de limbo entre el sueño y la vigilia, la persona suele padecer alucinaciones auditivas y visuales que generalmente coinciden en una intensa sensación de presencia y de movimiento en torno a su cuerpo indolente.
Una de las creencias de este trastorno es que la existencia de fantasmas o demonios se apoderan del cuerpo de la persona que duerme. Pero en la actualidad la parálisis del sueño va más allá de un mito, debido a que tiene causas, efectos, pero también prevención.
La parálisis del sueño está vinculada al proceso fisiológico que se produce durante la fase REM de sueño (rapid eye movements = movimiento ocular del ojo). Durante esta fase, el cerebro inhibe el movimiento de la mayoría de nuestros músculos para evitar que representemos los sueños y nos lesionemos de forma involuntaria, de ahí la parálisis corporal.
Suele manifestarse en contadas ocasiones en individuos con plena salud mental pero sometidos a altos niveles de estrés, cansancio y cambios de horario, que alcanzan la fase profunda del sueño con demasiada rapidez (antes de las primeras dos horas) y que acostumbran a dormir boca arriba.
Una de las explicaciones que se le atribuyen a las visiones o alucinaciones que suelen ocurrir durante la parálisis del sueño es que pueden ser consecuencia de una respuesta evolutiva frente al peligro, que incitaría al cuerpo paralizado a moverse ante la presencia de elementos amenazantes.
Incluso la dificultad para respirar que experimentan algunas personas, y que puede ser interpretada por el cerebro como la acción de un ente maligno que oprime el pecho, desencadena el pánico que impulsa al individuo a reaccionar y terminar con la parálisis.
Para evitar las molestias ocasionadas por este tipo de trastorno del sueño, es posible llevar a cabo una serie de medidas que, además de prevenir, te ayudarán a tener un mejor descanso:
- Dormir las suficientes horas y sin ningún tipo de interrupción.
- Controlar el estrés. Existen diferentes y básicos ejercicios de relajación para que tu cuerpo libere estrés.
- Si practicas algún tipo de rutina de ejercicios durante la noche, procura realizarlos al menos tres horas antes de dormir.
- No consumir productos que contengan sustancias excitantes, como la cafeína, desde horas antes de acostarse.
- Si se sufres de constante insomnio, u otros trastornos del sueño, se debe consultar con un especialista, y no automedicarse.
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